¿Cuáles son los límites de los cuerpos policiacos de elite? ¿Hasta qué punto el manejo policiaco de la criminalidad genera un círculo vicioso de reproducción de la violencia? ¿Hasta qué punto fortalece una tendencia hacia la consolidación del fascismo? Pretender una respuesta a estas preguntas pareciera indicar que en primer lugar existe una posibilidad práctica de poner límites a la acción policiaca y a las estrategias planeadas. Sin embargo, la realidad en México, país de pretensiones democráticas al igual que Brasil en 1997 con Cardoso, indica que ante la falta de procedimientos de transparencia, y en el caso de que estos existan, la obstaculización de la auditoría ciudadana en materia de estrategias de represión de la criminalidad, la arbitrariedad predomina.
Existen diversas decisiones e iniciativas que indican el seguimiento de una tendencia hacia la formación de policías de elite en el combate al narcotráfico en México. La propuesta de policía única podría favorecer la planeación estratégica sin crear conflicto entre una multiplicidad de agencias policiacas. Sin embargo, existe un factor más, el de la consulta y participación de agencias privadas, principalmente estadounidenses, en el combate al narcotráfico en México. Asociación paradójica si se toma en cuenta que la empresa Blackwater se encuentra ligada también al entrenamiento de miembros de “Los Zetas”, un cuerpo de elite en contra de otros grupos y de militares.