sábado, 6 de noviembre de 2010

Samira Kawash, The homeless body



"Lo social no es tan sólo el infinito juego de las diferencias. Es también el intento de limitar este juego, de domesticar la infinitud, de abarcarla dentro de la finitud de un orden. Pero este orden —o estructura— ya no presenta la forma de una esencia subyacente de lo social; es, por el contrario, el intento de actuar sobre lo "social", de hegemonizarlo."


Ernesto Laclau


En la foto: un tipo no ideal de homeless en EUA que desafía los límites de su rol e interpela a la "sociedad", dejando cuenta de su existencia a pesar de la "sociedad" misma


Dentro del trabajo de Samira Kawash es posible ubicar diversas metáforas utilizadas para explicar la existencia de un "homeless body" en las ciudades. Sin embargo, ninguna de ellas me parece con mayor potencialidad que la del homeless body como "síntoma y símbolo de las promesas fallidas del progreso y la prosperidad". Haciendo una modificación, la aparición de este tipo de fenómenos sociales puede ser leída desde la óptica de su aparición como síntomas de la "imposibilidad" de la sociedad. Dos precisiones más: al hablar de síntoma me refiero al uso lingüístico proveniente de las primeras fases del psicoanálisis freudiano, es decir, al síntoma como el retorno de lo reprimido; en segundo lugar, la imposibilidad de la sociedad, siguiendo el argumento de Laclau, no hace referencia a una imposibilidad empírica de lo social, sino a la precariedad de todo intento conceptual por limitar la infinidad de relaciones que ocurren en lo social.


Dejar como marco referencial el ámbito conceptual y aterrizar hacia un intento empírico explicativo de los procesos de "aparición" de un cuerpo sin casa requiere de ubicar a este tipo específico dentro de los debates que no pocas veces se dan en los sistemas sociales por definir el espacio de lo público y lo privado. Poniendo énfasis en la generación de nociones funcionales sobre lo que ha de entenderse como la publicidad de lo público es posible identificar al menos dos elementos que dejan abierta la posibilidad de surgimiento de sus propios síntomas. Definir lo público requiere de la definición de todo aquello que no lo es, operación realizada no sólo en el sentido de mostrar la relación dicotómica entre público-privado, sino de señalar aquello que sin ser privado no se desea como público. Se trata de definir los límites y establecer conceptualmente en un supuesto imaginario colectivo los criterios para la exclusión de acciones, conductas y nociones. Por otro lado, el establecimiento de los límites físicos espaciales de lo público define también un impulso autoritario de dotarlos de una gama de usos "legítimos" del espacio.


Lo anterior permite conceptualizar al fenómeno de los cuerpos sin casa no sólo como la descripción de su existencia física, sino, y así es definido en el texto, como un fenómeno bidimensional de exclusión. Es una exclusión empírica del ámbito espacial de lo público, sin embargo también es la puesta en marcha de las nociones construidas para la exclusión del homeless body de un modelo de sociedad que sólo tiene completa plenitud en la subjetividad individual. El texto de Samira Sawash presenta quizás su mayor debilidad al dejar de lado los mecanismos a través de los cuales se difunde la "Idea" exclusionaria de sociedad.


De tal forma, analizar la existencia de los cuerpos sin casa en la Ciudad de México puede comenzar por formularse dos preguntas iniciales: ¿Cuáles son los mecanismos específicos por los cuales se difunden las nociones para la comprensión de lo aceptado como público? Y ¿Cuales son las consecuencias materiales de estas nociones? Tal vez resulta pertinente también no dejar de lado las repercusiones que las nociones compartidas sobre la sociedad deseada generan en otros procesos sociales, pues el fenómeno del homeless body tal como lo presenta Kawash pudiera no poseer la relevancia pretendida dentro de los procesos sociales de exclusión y comportamiento "correcto". Me refiero con ello, a que cuando en el texto se habla de una tendencia a la minimización del espacio físico utilizado por el cuerpo sin casa, podría tratarse, al menos en México, de una tendencia mayor que pretende la minimización de toda existencia física y de sus manifestaciones en la ciudad.


Un intento por responder a la primera pregunta para el caso de la Ciudad de México, podría comenzar por reconocer cuáles son las principales instancias de socialización. Agrupadas por la amplitud de emisión de sus mensajes la familia inculca las nociones básicas sobre el bien y el mal dentro de la sociedad. En este sentido, podría encontrarse una primera categoría de clasificación social para la exclusión, entre aquellos que poseen y aquellos que no poseen un lugar para ser y estar. Por otro lado, también es posible encontrar en este ámbito, uno de los primeros intentos por reducir al mínimo la presencia física que es presentada como molesta o como un obstáculo, y a los "otros" como peligrosos. Un segundo ámbito en las clases de comportamiento "cívico" y en las constantes amenazas de sanción a las "malas" conductas en la escuela, juzgadas al margen de un desacuerdo y confusión constante sobre los límites del mal y del bien. Guerras malas y revoluciones buenas; reproducción animal natural y sexualidad reprimida; la Nación mexicana patriota (contradicción lingüística en sí misma), heroica, trabajadora y su imposibilidad revelada en corrupción policial comúnmente aceptada; familia y hogar inherentemente buenos, soledad, pobreza y carencia, peligrosos e indeseables a corta distancia, objeto de lástima y "altruismo"; estas y muchas más categorías que preconfiguran la relación, o su intento de no-relación, entre los ciudadanos "buenos" y "exitosos" de quienes por su incapacidad o perversión han sido condenados a la condición de sin casa y sin lugar. Por último, el espacio al que son capaces de llegar los medios masivos de información a través de sus modelos ideales de la sociedad mexicana, que en la práctica excluye de los modelos "relevantes" a más del 60% de la población en México y a más de 10 millones de mexicanos de exportación.


Ahora bien, a las concepciones sobre lo deseable e indeseable de la sociedad mexicana en relación con los cuerpos sin casa corresponden determinadas medidas de exclusión material, y otras que dificultan su existencia. Un primer ejemplo de exclusión "altruista" tiene 10 años de exitosa distinción y desastrosa incorporación. El programa "Frio Invierno, Calor Humano" es presentado este año como un programa con éxito en sus 9 años anteriores y se presenta como una opción para disminuir el número de víctimas letales del fracaso económico en temporada invernal. Sin embargo, del hecho de que siga existiendo un programa de tal magnitud es posible observar la inexistencia o el fracaso de los programas que buscan atender la situación de los grupos "vulnerables" durante las otras 3 estaciones del año, de tal forma que el invierno sigue siendo frio y el calor humano poco accesible.


Un segundo ejemplo se puede encontrar en la re configuración actual del espacio público en el DF. En relación con el fenómeno del homeless body se han adoptado medidas paradójicas entre sí mismas, por un lado en el Zócalo de la Ciudad de México, la calle de Madero ha sido transformada para facilitar el tránsito de las personas y propiciar la recreación (en términos de consumo) en esa zona. Sin embargo de la existencia de un corredor peatonal, como proyecto inicial para extenderse en todo el Zócalo capitalino se deprende la consecuencia de utilizar sus calles como "refugio" durante periodos extensos de tiempo. Por otro lado, la creación de espacios de juego para niños en los camellones de la avenida Eduardo Molina, han seguido la tendencia de cancelar el tránsito o permanencia en los "parques" fuera de horarios establecidos y del capricho de sus administradores.


Ambos ejemplos no constituyen prácticas aisladas, sino tendencias que ponen en funcionamiento los deseos esquizofrénicos que no se reconoce como generadora de sus propios síntomas, sea en el caso de los cuerpos sin casa o en cualquier otro en que son sobrepasados los límites de sus articulaciones significativas y contingentes sobre la "sociedad".

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